martes, 8 de febrero de 2011

16.

Era una tarde muy lluviosa. No veia muy bien. Llevaba 15 días escondida y decidí que tenía que acabar. Iba a ir a por él, iba a matarlo. Me había alejado de todo lo que quería. No podía seguir así. Para colmo estaba encerrada en un luegar donde no se puede salir. Hay estaba. Me empezó a pegar. Se descuidó y le pegé con una gran piedra en la cabeza. Mientras estaba dormido lo até a un gran árbol. Con un cuchillo que él llevaba en el bolsillo comenzé a clavarselo en la piera. Le conrté la lengua.
Se despertó por fin. No sabía que pasaba.  Empecé a pegarle patadas hasta que sangró. Le corté los dedos, lo desaté y lo lleve a rastras hasta el lugar donde solian ir sus perros asesinos a comer. Me subí a un árbol y esperé a que llegaran los perros. Contemplé como se lo comian.
Después fuidonde daba las ordenes y comenzé a buscar la salida. La encontré.
Hace ya un mes que salí de ese infierno. El día que salí, me llevaron al hospital las primeras personas que pasaron por delante. Me curaron los mordiscos de los perros y las heridas qu eme hizo el hombre. Nadie supo donde estaba. ¿Mis padres y mis amigos? Pensaban que me pedí en una selva en mi viaje a África y que a duras penas escapé hasta donde ellos estaban. Después de lo que pasó, nunca más me he vuelto a fiar de nadie, y aquellos que me han tratado mal, han acabado en el lugar donde yo estube, y ninguno a logrado escapar, todos murieron.

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